martes, 17 de agosto de 2010


Soy como una flor que espera el florecer en primavera, como una lámpara iluminando una habitación llena de oscuridas, un desierto tal vez que espera lluvia... O tal vez una simple persona que está sentada aquí escribiendo estas líneas que probablemente no tengan importancia en un tiempo más. Estoy esperando una nueva melodía, porque si, efectivamente, ayer, si ayer, estoy segura de que vi el sol brillando y que las hojas caían lentamente, sin embargo hoy mis manos están frías y creo que necesitan un pequeño toque calido, al igual que muchas otras cosas que no sé tampoco sé porque pensaba en ti... Es entonces cuando pienso en un navegar de aguas saladas en medio de un mar y en lograr alcanzar el otro extremo que cruza del lado de la seguridad y de toda frontera para alcanzar el riesgo. Regalame una sonrisa! tan solo una pequeña sonrisa! Y es que simplemente estoy aquí una vez más buscando alguna señal de ida, pero esta vez para quedarme, hay tantas personas que sostienen mi mano, pero ¿realmente me necesitan? Me gustaría responder tantas cosas porque sé que los dias de verano se acercan, y voy saltando la luna, algo así como perdiendome completamente, de alguna manera u otra sintiendome sola...¿Me dejan sola? Sí, lo hace, porque necesito afrontar cualquier tipo de abatimiento en una habitación vacía que alguna vez tuvo un olor dulce de un otoño que no parecia nunca acabar. Sin embargo esta flor que crecio se deshojo poco a poco porque escogio estar sola, siempre me he preguntado si le gusta esta sensación... No lo sé, no puedo responder. La primavera comienza a hacer acto presencial una vez más, pero cómo empezar si todo ya está acabado...Ironica sensación, tan solo una sensación!
Apresurar el camino, desde una habitación de cuatro paredes hacia la calle como una nueva trayectoria es la solución porque el día termina, las horan han terminado su ciclo, pero antes de que la noche llegue a su final yo quiero escuchar, si, quiero escuchar definitivamente algunas palabras que resuenen como una melodía, porque son algo así como un globo perdido que se eleva a lo extenso de toda una tarde y un cielo azul brillante de verano, hasta que un alfiler lo revienta con solo rozarlo, aún así se que en mis oidos no dejará de resonar aquella dulce melodía. ¿Amanecerá una vez más?