martes, 24 de agosto de 2010

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Es una historia más, nada más que eso... Tal vez trascienda en una quietud que sea capaz de teñir todo tipo de piel con colores que al final se vean en una gama de matices...El dolor se deja atrás porque hoy es tiempo de volar hacia una ansiada libertad con la que todos tenemos una cita, tal vez no ahora, pero si en la eternidad. Mi mente sigue en pie, es una cuenta hacia adelante, no una final que va hacía atrás haciendo un retroceso en este tren, sino que hoy tengo la certeza de que es un ciclo más, uno de tantos que vendrán.
Hoy quiero volar lejos y muy alto, ser vientecito, flor en un jardín que se riegue día a día, agua para estar presente en cada lugar que pueda y para llenarme de vitalidad. Hoy sé que voy a ganar, y librar con valentía una batalla más y no tan solo eso, sino que más importante aún, mi propia batalla personal en la que cada día comienzo para ver luces al final de un tunel que son capaces de ir más allá y arrullar tiernamente mi corazón. Si, tan solo es romper cadenas y soñar, lograr soñar.

EL invierno comienza a apagar sus luces, y la primavera hace sus primera aluciones para alumbrar un camino que hace un tiempo atrás tenía dos opciones, sin embargo hoy es solo una, porque al ver hacia el interior uno sobresalio como el más adecuado. Este me llevará a donde mis manos me puedan sostener y no pueda caer otra vez, y si eso sucede, donde mis pies me levanten del suelo...Cierro mis ojos y escucho el corazón una vez más...